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domingo, 12 de junio de 2011

¿POR QUÉ?


Nunca mis palabras emergerán de la mar.
arrojarán luz sobre las tinieblas,
abrirán oquedades en los muros.

Hablaré, recitaré, murmuraré, incluso,
gritaré...pero

qué soledad la del hombre.

Es un renacuajo, una larva, un canto
arrastrado por el lodo de la vida.

Y culpo al mundo, a los demás hombres,
al cielo gris, a la tierra baldía,
a las mariposas enterradas en el asfalto,
todas, culpables
de mi mísera voz bañada de estulticia.
TODOS  CULPABLES

Lloro en una esquina, llanto de vulgar zorra.
¡También ellas son culpables!.

¡Oh, hay muertos por todas partes,
en la alcoba, en los periódicos,
en la televisión, digitalizados, internetizados,
electrocutados, ahogados, fusilados,
reventados, acuchillados, pisoteados,
masacrados, apaleados, lapidados,
ejecutados...!

Sangre, dolor, terror...ORGASMO.

Mamá, que buena está la carne, jugosa, tierna.
A paladas se venden en los mercados,
basura humana..olor sui géneris.


¿Sentís impúdica y vomitiva atracción por mis versos?
¿No?...lo sabía.

La palabra me niega su magia,
desprecia mis ruegos.
PUTA, DESGRACIADA.

¿Es el insulto, la solución?.
¿Y la educación, el saber, la gloria de las letras,
el amor, la esperanza, la amistad, la pasión.
la verdad iluminada?

En el vertedero, con los cadáveres.

Huyo, abandono, escapo de la senda
que la duda me abre cada día
en una selva infecta de tupidas mentiras.
SOY  VUESTRO.

Una imundicia se derrumba de rodillas,
a la vera de un precipicio.
Suda el condenado como un cochino.
¿Sudan los cochinos?, pregunta el incordio de niño.

Estúpida pregunta, desalentadoras rimas,
no hay artista en este caparazón
de huesos, músculos y cobardía.

Es tarde.
Muy tarde.

Cierro los ventanales de mi misterio.
Otro día más.

Mi sino era morir en una guerra,
por una idea, una palabra, un mensaje, una consigna.
Pero no nací guerrero,
tampoco poeta,
sólo sé que he nacido.
Y siempre me pregunto...¿Por qué?.

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