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lunes, 27 de junio de 2011

POEMAS TÓRRIDOS (III)



              Sexo
Vicio. Lujuria. Deleite.
Ardor en los genitales, brasa
que derrite la jaula del instinto,
los naipes enseñan sus vergüenzas,
no hay límites, sólo la carne
hambrienta de carne,
penetrada, acariciada, maltratada,
un bebedizo de imágenes lascivas,
de secuencias blasfemas,
cuerpos sudorosos, jadeantes,
corazones que destilan pasiones desbordadas
en la muralla de los pecados,
corazones que escupen al amor que no se consume
cánticos fúnebres para eunucos acobardados.

Palpitan los labios, quemazón en la lengua,
senos que amamantan mordiscos de fiera,
volcán de infinitas estrellas en la boca,
desvarío en las miradas,
las almas no se encuentran,
se poseen, unas a otras,
no hay baile mejor que éste,
es el baile de la vida que no exige nada,
es el baile de la vida que no espera nada,
es el baile de la vida que no esconde nada.

Cabalgan con las bridas sueltas, los estribos rotos,
balanceo voluptuoso de nalgas prietas,
amazonas, jinetes, monturas que anhelan
un trote, un galope, la fusta enrojecida
por la bulliciosa sangre de la tentación.

              Sexo
como la palabra de dios
como el evangelio de los pobres bienaventurados,
como el apetito de los reprimidos desventurados,
como el arte de los hombres libres.


              Sexo
no malgastes su nombre,
saborea, exprime, mastica,
dentelladas orgiásticas en tu cama mortuoria,
no dejes que la Muerte fornique con tu ansia,
desnuda el cuerpo de la venda del pudor,
cubre de heces la trinchera de la moral,
eres un animal encelado por una manada,
no un guerrero de la virtud,
abandona las armas de la hipocresía,
las reglas que sólo mutilan pasiones,
ama con el amor fugaz de la llamarada
con olor a pólvora dura y mojada.

              Sexo.
                      No más.
El suspiro final es el principio de un libido sueño.
                                  Ángeles, dormid.
                                                            Éste, no es vuestro maldito juego.

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