Desperté a la noche
con gemidos perrunos
las sábanas eran pesadas losas
ABRÍ LOS OJOS Y VI
Manecillas oscuras en un reloj cristalino
Tic,tac,tic,tac,tic,tac,tic,tac,tic,tac,tic,tac
la calavera rodó por el suelo marmóreo
a los pies de la cama
Derrotado
lloré, lloré
como quien aspira la niebla
sin ver nada.
ODEIM
Olfateé la brisa cargada de luto de un camposanto
sentí despeñarme en un precipicio de letrasucias
y me quedé otra vez dormido
Cansada la noche
escupió luces malsanas a las descoloridas persianas
ADIV
Ella seguirá tecleando la novela
“Ayer llovió, hermano”,
dijo el coro de loros
Sentí pánico,
el alma con las encías pegadas al cristal de la ventana
Gotas de rocío derribadas
por las nubesucias,
presagio de que ella esparce los primeros desperdicios de mi triste
A I C N E T S I X E
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