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domingo, 23 de octubre de 2011

DIECIOCHO ROSAS ROJAS

(A mi padre)




















Padre, padre

Desde Punta Paloma he atravesado la mar
Acompañado por dieciocho rosas rojas,
Sus tallos eran proas hechas de violines,
Sus pétalos eran velas henchidas de besos.

Padre, padre

Llegué anciano a la playa de Bolonia
Buscando los aromas tangerinos,
Mi patio, mi casa, mi tierra mora,
Dejando atrás cenizas entre las dunas

Padre, padre

Pero no podía partir, mi aliento era una urna
Agonizaba aterido en la arena blanca
Con una noche tan oscura que
Hasta el faro de Trafalgar ciego maldecía.

Padre, padre

Entonces, a mis pies llegaron dieciocho rosas rojas
Con sus labios de llanto sereno
Con sus voces pidiendo mis manos
Para llevarme a casa con el levante de compañera.

Padre, padre

Ya no estaba solo en la playa
Sombras cálidas a mi vera
Me entregaban en silencio el cantar eterno
De mis dieciocho rosas rojas

Padre, padre

Ellas, una a una, nombraron mi nombre
Como solo pueden nombrarse con amor
Y la noche se hizo de día, el viento, brisa
Con las olas ya esperando mi partida.

Padre, padre

Nunca me sentí más alma que mar adentro
No tenía miedo, todo en mí era una obra viva,
Con mis dieciocho rosas rojas abrazadas
A la quilla de mi corazón embravecido.

Padre, padre

Y alcancé la orilla de la bahía de Tánger
Hecho de sal, arena y suspiros
En un viaje mágico del cual
Partí anciano y llegué niño.


Padre, padre

Llama a madre que ha llegado su zagal
Con las rosas rojas empapadas de caricias
Pídele un jarrón de porcelana y barro
Para conservar su aroma de despedida.

Padre, padre

Quiero dormir como se duerme al nacer
Sin angustia, sin temor, sin congoja,
Con la desnudez en sábana de seda
Con la ventana a la mar siempre abierta.


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