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martes, 8 de noviembre de 2011

ES UN HOMBRE DE BIEN

                      Es un hombre de bien, honrado y trabajador,
engaña en pequeñas miserias a Hacienda,
paga las letras de la vivienda y vota,
vota cuando se le ordena.

El está orgulloso de su ignorancia,
adora la televisión y el buen comer,
es solidario de tertulias de copa y puro,
como caballero deja paso a una buena mujer,

Pero que el negro no roce su puerta
ni el moro mire a la sangre de su sangre,
ni el pancho desee su empleo de precario,
ni el chino salga de la sombra de su negocio.

Llora por los niños africanos devorados por el hambre,
maldice la metralla y fuego que destroza entrañas,
pregunta por los hermanos al otro lado del charco,
pero que la Puerta del Sol sea una marea blanca

Dice que la libertad se pide no se gana,
que es mejor patear al débil, que unirse a él,
que el grito siempre puede a la bondad,
que el dinero no es todo, pero es suficiente.

Hoy pide venganza, exige destierros
y clama entierros en la pantalla,
manos negras hurgaron en sus bolsillos
un hierro gélido lamía su garganta.

Le dejaron con vida, robada su alma,
la maldad siempre se dibuja con otros colores
clamó, mientras huracanado  pedía cadalso
para la mugre que ensuciaba su casa


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