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viernes, 18 de noviembre de 2011

ABRO GRIETAS


La verdad es que 
grietas 
no faltan
(Mario Benedetti)


¡Poeta! exclama el minero ¿Qué te diferencia de mí?
¡Poeta! reclama el panadero ¿Qué te hace distinto a mí?
¡Poeta! grita el obrero ¿Qué te distingue de mí?
¡Poeta! brama el marinero ¿Qué te hace descollar frente a mí?

La palabra, dije.

Es que estoy mudo debajo del mundo, recrimina el minero.
Es que estoy en silencio entre los fogones, protesta el panadero.
Es que estoy callado ante los patrones, reta el obrero.
Es que estoy enmudecido por los vientos, censura el marinero.

Entonces, la imaginación, contesté.

Es que no tengo sueños entre las penumbras, replica el minero.
Es que carezco de fantasías con los rodillos, asevera el panadero.
Es que no poseo proyectos en mis bolsillos, rebate el obrero.
Es que no percibo visiones desde las amuras, clama el marinero.

Entonces, la sensibilidad, respondí.

Es que horado sin emociones desde las galerías, exhorta el minero.
Es que amaso sin espiritualidad mi obra, interpela el panadero.
Es que camino sin ideales en mis botas, advierte el obrero.
Es que navego sin generosidad en mis travesías, incide el marinero.






Entonces, la grieta, decidí.

¿La grieta? Preguntaron al unísono.

Sí, la grieta me hace poeta más que hombre.

Agrieto la palabra, la imaginación, la sensibilidad
Para  tambalear el pensamiento que nos domina.

Ni mudo, ni en silencio, callado o enmudecido,
Os ofrezco las grietas de mis versos como asideros
De vuestros  sueños, fantasías, proyectos o visiones
Porque vosotros sois el poema que siempre hace falta
De emociones, espiritualidad, ideales o generosidad
Para despertar de nuevo los adormecidos corazones.

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