El último brindis…
Tu mano sobre la mía
Mientras las campanas
Sonaban a muerto.
Era tu último aliento,
Ese paso incierto,
La brisa que adormece
Los miedos
Dormido le deje con un beso
Y ahora, los labios tengo resecos
Desperté sin estar despierto
El reloj siempre marcaba la una
Con el segundero marchando hacia
el camino del cementerio
Ya no estaba a mi vera
Ni en el regazo de mi madre
Lo perdí en un bosque de sombras
Devorado por el fuego
Llegué a casa con padre y abuelo
Y ahora cruzo, perdido, el desierto
Quedo huérfano hasta para llorar
Porque no quiero llorarle muerto
Porque abriría el cielo con los puños
Si el cielo no fuera un burdo cuento
¿Dónde estáis mariposas?
Buscad a mi padre
Escarbar en la tierra
Hasta con los muñones
De mis sueños
Buscad a mi padre
No su cuerpo que es ceniza,
Ceniza que es recuerdo
Buscad en los versos
Arrancarme las lágrimas que contengo
Buscad su sonrisa,
Su corazón hambriento
De tanta vida, de tanto sentimiento.
Para besarte de nuevo,
Para no dejarte morir impotente
Ante tanto silencio.
Buscad malditas mariposas
Abandonad el asfalto mugriento
Buscad a mi padre, traédmelo,
Solo una vez más, para decirle,
Hasta que las lágrimas
Ahoguen mi voz: te quiero, te quiero…
Entonces, mariposas,
Ya podréis regresar al asfalto,
Porque seré yo quien le envuelva
Para siempre en mar abierto.
Donde la luz es perenne
Donde el horizonte es infinito.
Donde el dolor deja de ser tan inmenso
Donde el hombre deja de ser hombre
Para convertirse en un oleaje eterno.
Preciosa poesía que remueve recuerdos y aviva los sentimientos.
ResponderEliminarGracias.