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miércoles, 14 de septiembre de 2011

EL HAMBRE NUNCA CADUCA EN BOLSA

¡Oh, Bolsa de Chicago! ¡Oh, Bolsa de Valores de Chicago!  ¡Oh, Bolsa de Londres! ¡Oh, fondos de pensiones! Especuladores alimentaros de los pobres, garantizar mis pensiones con sus entrañas; oligarcas de nuevo cuño especular con los alimentos de la hambruna, subir los precios, dejad la mesa del hambriento sin el mínimo sustento, ganad dinero por dinero, anestesiar a los que aún tienen dos platos en la cocina, negociar con los cereales, con el trigo, con el maíz, con las frutas, con la leche, que los llantos del estómago se miden por dólares, por títulos a futuro, sin presente ni pasado, por una nueva burbuja que alimente a la ballena monstruosa que nos devora a todos convertidos en burdos pinochos, en sepultureros anónimos para enterrar cada día en el olvido a 30.000 niños y niñas que mueren con el ansía de comer estrangulando poco a poco, con sadismo programado, su garganta. Y lo peor, señores, es que lo llevan haciendo años manchando nuestras almas sin que nos preocupe lo más mínimo hasta que han llamado a nuestras puertas para reclamarnos las viandas que ya no merecemos porque nuestro contrato con ellos ha caducado. ¡Oh, Bolsa de Chicago! ¡Oh, Bolsa de Valores de Chicago!  ¡Oh, Bolsa de Londres! ¡Oh, fondos de pensiones!

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