Juegan los niños en el parque de la vida. Desde la ventana los observo con la mirada cegada de desencanto. He visto llorar a medio mundo, demasiada lágrimas para cualquier alma. Quedan ellos, con su aroma virgen a amapolas y mariposas. Recuerdos de niñez. En un aldea, con el cuco sangrando trinos; en una ciudad, con los renacuajos presos en un charco; con esa lluvia pegada a los cristales, al suelo, a la bufanda de lana; con los lápices de colores, la goma de borrar y un cuento para soñar. Juegan los niños en el parque de la vida, pero yo no puedo mirarlos. He visto llorar a medio mundo y me da miedo que descubran en mi ventana tanto llanto.
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