Vistas de página en total

miércoles, 1 de febrero de 2012

HUYEN LOS GORRIONES DE LA CIUDAD

Huyen los gorriones de la ciudad
Con sus alas marchitas
De sueños inacabados.
Desnortados, vencidos, desarmados.

No miran hacía atrás
Con sus crías pidiendo pan,
Dejan a sus espaldas, a cada caminar
El murmullo roto de su llanto.

Huyen los gorriones de la ciudad
Al campo que ni los espera ni desea
Exiliados de sus casas, de sus sombras
De las esquinas de los parques
Que ya no huelen a flores
Que solo huelen a desencanto.

Recorren la senda del olvido
Perseguidos incesantemente
Por un cielo tísico
Por palomas ácidas
Por halcones aviesos
Por jardines mutilados
Por edificios que ya no cobijan
Sino que ofenden.

De sus nidos nada queda
Ni migas en la plaza
Ni los niños que los espantan
Con su algarabía tan necesaria.

¿Qué le pasa a la ciudad?
Sin charcas donde pisar
Sin descampados donde soñar
Sin renacuajos, sin caracoles,
Sin lagartijas, sin  gorriones
Con mariposas en el asfalto.

¿Qué le pasa a la ciudad?
Que atemoriza a los débiles,
Que ensucia los espejos
De las almas cándidas,
Que revienta a golpes
Nuestros corazones.

No lo sé, no lo sé
Maldita sea, maldita sea,
Lo único que veo, que siento
Es que las puertas han dejado
De abrirse de par en par
A nuestros anhelos y deseos
En esta ciudad sin gorriones.

No hay comentarios:

Publicar un comentario